Descripción
Convento de las Monjas Concepcionistas Franciscanas
El Convento de las Monjas Concepcionistas Franciscanas de Membrilla es un monasterio femenino de clausura fundado a inicios del siglo XVII, uno de los edificios religiosos más representativos del casco urbano y un referente espiritual para la localidad.
Fundación y orígenes
La fundación se debe a Francisco Camacho Martín, vecino de Membrilla que, al no tener descendencia, propuso en 1609 la creación de un monasterio femenino de concepcionistas franciscanas. La propuesta fue acogida por una comunidad procedente de Villanueva de la Fuente, que obtuvo autorización en 1610 para trasladarse a Membrilla, atraída por la mejor situación económica de la villa y la ausencia de conventos femeninos. Con ello quedó consolidada una de las instituciones religiosas más influyentes del siglo XVII en la localidad.
Las actas fundacionales subrayan el impacto social de la nueva comunidad, considerada desde el inicio un hito para la vida religiosa y cultural de Membrilla.
Evolución histórica y vida conventual
A lo largo del siglo XVIII el monasterio vivió entradas y salidas de religiosas, reflejo de épocas de estabilidad y otras de dificultad. En el siglo XIX afrontó los efectos de las desamortizaciones y los cambios políticos, pero la comunidad resistió y mantuvo su vida de clausura. Un documento de 1623 recoge el compromiso formal de las monjas de permanecer “perpetuamente” en el convento, símbolo de la vocación de continuidad que ha marcado su historia.
Arquitectura y ubicación
El conjunto ocupa un solar amplio de la calle de las Monjas, integrado en la trama histórica de Membrilla. Su planta es aproximadamente cuadrangular y consta de tres alturas, con muros de ladrillo y mampostería vista que transmiten sobriedad y clausura. La fachada presenta pocos huecos hacia el exterior, aunque destacan una torrecilla lateral con arquillos, así como una espadaña sencilla que alberga las campanas, elementos ya reconocibles en el paisaje urbano de la villa.
La silueta de la torrecilla y la espadaña se ha convertido en una de las señas visuales más queridas del casco antiguo de Membrilla.