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Historia
Manzanares
Manzanares, en el corazón de la provincia de Ciudad Real, tiene sus raíces en la primera mitad del siglo XIII, cuando fue fundada dentro del proceso de repoblación cristiana de La Mancha tras la victoria en la batalla de las Navas de Tolosa. Aunque en su término se han encontrado vestigios prerromanos en lugares como el Pozo del Ciervo o la Mesnera, la historia documentada de la localidad comienza con la construcción del Castillo de Pilas Bonas en 1239. Este castillo tenía un objetivo claro: proteger los límites entre las Órdenes Militares de Calatrava y Santiago, a la que pertenecía Manzanares.
Gracias a su estratégica localización en un cruce de caminos y cañadas ganaderas, Manzanares creció rápidamente. A mediados del siglo XIV ya contaba con cerca de doscientas casas, por lo que se ordenó construir una cerca defensiva para proteger a sus habitantes. A partir del siglo XV, vivió un periodo de esplendor gracias a la fertilidad de sus tierras y a una bonanza económica que se prolongó hasta el siglo XVII. Durante estos años se construyeron importantes edificios religiosos como la parroquia y varias ermitas, y la población pasó de 700 a más de 1.100 familias, entre las que convivían cristianos viejos, una comunidad judía y una notable presencia morisca.
La historia de Manzanares también está marcada por momentos difíciles. Durante la Guerra de la Independencia sufrió graves daños como consecuencia de las sucesivas ocupaciones francesas. Sin embargo, la localidad supo resurgir con fuerza en la segunda mitad del siglo XIX gracias al auge de la viticultura, la llegada del ferrocarril y el desarrollo de industrias como la alimentaria y la alcoholera. Este crecimiento fue tal que en enero de 1881 se le concedió el título de ciudad.
Hoy, Manzanares conserva un valioso patrimonio histórico y documental, visible en su casco urbano y consultable en el Archivo Histórico Municipal, que custodia documentos desde 1545. El Castillo de Pilas Bonas, restaurado y en uso como espacio cultural, sigue siendo un símbolo de la identidad local y un punto de encuentro entre historia y modernidad. Pasear por Manzanares es descubrir las huellas de siglos de vida manchega, entre castillos, tradiciones y paisajes de viñas.