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Historia
Carrizosa
Carrizosa, guarda una historia mucho más profunda de lo que muchos imaginan. Aunque durante años se pensó que era una localidad de origen reciente, los hallazgos arqueológicos cuentan otra historia: ya en la Edad del Hierro hubo asentamientos en sus alrededores, con vasijas funerarias, incineraciones y objetos metálicos que así lo prueban. Más adelante, durante la invasión musulmana del siglo VIII, los árabes fundaron aquí la primera Carrizosa, en un cerro junto al río, levantando una pequeña fortaleza y dando forma a un núcleo poblacional que aprovecharía las condiciones naturales del entorno.
Con la llegada de la Edad Media, en torno a 1186, la Orden de Santiago tomó el control del territorio. A pesar de la breve recuperación musulmana tras la batalla de Alarcos, la victoria cristiana en las Navas de Tolosa en 1212 marcó el rumbo definitivo. Carrizosa fue cedida al conde Álvaro Núñez de Lara para su repoblación y, en 1387, se creó la encomienda local, sentando las bases de su desarrollo. En el siglo XV se levantó la iglesia parroquial de Santa Catalina, terminada en 1493, y hacia 1620, Carrizosa logró su independencia administrativa respecto a Alhambra. Hoy, este municipio, con una economía históricamente agrícola, conserva fiestas como la de Las Cruces y una fuerte identidad ligada a la historia, el paisaje y las tradiciones manchegas. Muy cerca de las Lagunas de Ruidera, Carrizosa es un destino que invita a descubrir el legado oculto del pasado y la autenticidad del presente.