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Historia
Membrilla
Membrilla, en el corazón de La Mancha, guarda siglos de historia en cada rincón. Su origen se remonta a la Edad del Bronce, cuando sus primeros moradores construyeron una motilla en el lugar donde hoy se alza la ermita de la Virgen del Espino. Desde entonces, distintas civilizaciones dejaron su huella: griegos, íberos, romanos y visigodos vieron en este cruce de caminos un lugar estratégico para asentarse.
En época islámica, se construyó el desaparecido castillo del Tocón, fortaleza que pasaría a manos cristianas tras la decisiva batalla de las Navas de Tolosa, en 1212. La Orden de Santiago tomó las riendas del territorio, impulsando su repoblación y dando forma al núcleo que hoy conocemos. Membrilla aparece ya en documentos oficiales en el siglo XIII, y pronto alcanzaría entidad propia, desligándose de la encomienda de Alhambra.
A finales de la Edad Media, la villa vivió un notable auge demográfico y social, convirtiéndose en uno de los enclaves más relevantes del Campo de Montiel. Fue lugar de paso de Isabel la Católica y residencia de numerosos hidalgos, rivalizando en importancia con localidades como Villanueva de los Infantes. Aunque el tiempo ha transformado su papel, Membrilla conserva la memoria de un pasado vibrante que hoy invita a ser descubierto con una nueva mirada.