Villarta de San Juan

Villarta de San Juan, situada en plena llanura manchega y bañada por el río Cigüela, es un destino turístico con un marcado carácter histórico y festivo. El origen de su nombre parece derivar de una antigua fortificación de la Orden de San Juan en los Altos de Zambrana, conocida como Villa Harta, es decir, villa cercada o amurallada. Con el paso del tiempo, su denominación fue evolucionando hasta consolidarse, tras la Guerra de la Independencia, como Villarta de San Juan.

Su término municipal se extiende sobre 66 km² a 626 metros sobre el nivel del mar, con un paisaje caracterizado por vegas y encharcamientos estacionales del río Cigüela. Su principal emblema patrimonial es el Puente Romano, declarado Monumento Artístico Nacional, una imponente obra de ingeniería con cerca de 500 metros de longitud y 46 ojos, que sigue sorprendiendo a quienes lo cruzan. Junto a él, sobresale la Iglesia de San Juan Bautista, de estilo gótico rural, erigida entre finales del siglo XV y principios del XVI sobre una antigua fortaleza de la Orden de San Juan.

Villarta es especialmente conocida por su Fiesta de Las Paces, declarada de Interés Turístico Regional. Esta celebración, que tiene lugar del 23 al 26 de enero en honor a la Virgen de la Paz, cuenta con más de cinco siglos de historia y es famosa por el estruendo de cohetes durante la procesión y una gran hoguera que ilumina la noche, congregando a miles de visitantes en un ambiente de emoción y tradición.

El municipio conserva la esencia de los pueblos manchegos, con casas encaladas, puertas azules y rincones con encanto. Entre sus puntos de interés destacan también la Torre del Reloj, la Iglesia Vieja de Santa María la Mayor y la Ermita de San Crisóbal. Su oferta de alojamientos rurales, la gastronomía basada en productos locales y el carácter hospitalario de sus gentes hacen de Villarta de San Juan un lugar ideal para descubrir la auténtica Mancha en todo su esplendor.

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